A Elenora Lodge le han arrebatado todo, la granja en la que ha crecido y todo lo que contiene pasan a manos de los hombres a los que su padrastro debe mucho dinero. Por fin el baúl de su abuela con su doble fondo encuentra utilidad. Aunque sus posesiones no superan unas pocas libras, un broche y unos pendientes. Elenora es feliz, su prometido llegará a la posada donde se aloja y su situación volverá a la normalidad. Pero su prometido dejará de serlo en cuanto ella le confirme que no tiene nada. En vez de hundirse en el desánimo Elenora se da cuenta que por primera vez en su vida es libre, no tiene ningún tipo de cargas, cuenta con una modesta cantidad de dinero y no debe obediencia a nadie. El futuro es prometedor, o eso cree ella. |
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